viernes, 19 de junio de 2015

tempum

¿qué es la realidad si no un abstracto?
¿Si no una etiqueta con la que distinguir una rama de un árbol enorme de sucesos?
 La realidad, lo contrario de lo imaginado, de lo virtual, de lo pasado e interpretado, de lo futuro o inesperado.
La realidad, el lugar donde se vive de manera natural.
Lo natural, lo contrario de lo artificial, de lo tecnológicamente modificado.
La vida, la sucesión de estados, la temporalidad.
La etiqueta de INICIO y de FIN.

La gente nacía, vivía y moría en un mundo físico determinado, un mundo real y natural.
Quizá tan virtual, artificial y falso como cualquiera de los otros creados por el hombre.
Quién podría saberlo ahora...
¿Quién es alguien ahora?
¿quién es quién y dónde?
¿Qué es ahora.?
¿A qué se podrían referir con "realidad de facto"? ¿Cómo podría saber alguien qué era la realidad, si no un acuerdo de muchos?
Un convenio.
Una simplificación de un caos en el que no podríamos sobrevivir con consciencia. Ni conciencia.
Qué es sobrevivir o vivir. Qué es experiencia.
¿Qué experiencia es real?
Si vuelas en lo que llaman sueños, entonces ¿habías volado alguna vez?
Si nunca podrías volar en la realidad, ¿cómo saber que la experiencia del sueño no era la experiencia real?

Pero algo continua igual. Las preguntas. Siempre hay preguntas.
Y Siempre existe la linea del tiempo.
Y siempre se puede mirar atrás.
Y hacer más preguntas.

Si existiera un mundo real, ¿cómo podría volver a él? ¿sería volver? ¿he estado alguna vez "ahí"? ¿sabría que es el real? ¿quién soy después de todo?

Antecesores de la multivirtualidad utilizaban sistemas basado en árboles B para poder volver al punto de inicio, para volver a casa.
Tenían miedo de no regresar a la realidad.
De perder las cosas que ahí habían acumulado, porque les parecían más importantes que las que podían conseguir en la vida virtual.
Tenían amor, y familia, y veían crecer a sus hijos. Mejoraban sus casas. Se compraban dispositivos y ropa. Sus posesiones.
Solo "trabajaban" en los distintos mundos virtuales.
Solo aprovechaban el concepto de tempum (o duración de un segundo virtual) para hacer más en menos "tiempo real".
Siempre querían regresar a casa.
 En casa les aguardaba algo mejor que lo que ningún mundo virtual podía ofrecerles.

¿tanto han progresado los sistemas de simulación? ¿o el convenio ha cambiado?
¿ha dejado de ser la realidad un mundo con más peso que cualquier otro?
¿estamos viviendo en algún sitio ahora?
¿nos sustentan átomos, moléculas, proteínas?
¿somos algunos? ¿o somos algo? ¿sigue el mundo real, en otra rama, sin nosotros? ¿sin mi?

El tempum y la compresión de tiempo fue solo el principio.
Más producción, más complejidad, crearon el banco de valores virtuales: sin duda el proyecto más grande y complejo jamás creado por el hombre. O eso se pensaba, que había sido creado por el hombre.
El dinero no era el valor más preciado.
Era la cantidad de compresión del tiempo, lo que generaba más tiempo, y por tanto más producción, y más valor. Y entonces muchos no supieron, ni quisieron, volver a casa.
Se sumergieron completamente en los otros mundos: se podía saltar de un mundo a otro sin necesidad de pasar por la casilla de salida: no se necesitaba un ancla en la vida "real".
"A casa".
Redujeron su tiempo en fracciones y cada fracción en más fracciones, obteniendo mas tiempo, más compresión.
Se clonó su funcionalidad virtual para trabajar de forma correlativa.
Su funcionalidad, su yo.

Después de siglos de meditación, a través del sistema más inesperado, se aprendió a vivir sin ego.
O al menos con un ego fragmentado, que residía en diferentes lugares, con diferentes velocidades, en muchos lugares no reales, con diferentes objetivos y grados.
Difícilmente se recomponían.
Se reducían esas múltiples personalidades en una de nuevo.

Quién sabe quién es uno ahora. Si es uno original, o uno de sus millones de partes distribuidas.
Si es el real, o es el virtual.

¿importa?

Tengo que seguir trabajando...

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